Este libro, como habrán visto ustedes en la portada, se trata de una toma primera, una catadura, un parte aguas en la editorial de nuestra universidad para iniciar la reflexión académica sobre el cine como campo de investigación privilegiado para las ciencias sociales y las humanidades. Una llamada de atención a nuestros colegas, académicos de distintas áreas, a volcar su reflexión y su experiencia analítica sobre el cine y a sacar el máximo provecho del patrimonio cinematográfico como recurso didáctico y vehículo idóneo para el análisis de la cultura.
El mundo es cada vez más complejo y las fuentes se multiplican. ¿A caso no son internet y los videojuegos objetos de estudio consolidados actualmente? Lo cierto es que aún en algunos ámbitos académicos aún se duda de la viabilidad del cine como medio para el estudio de las ciencias sociales.
La historia ya viene de largo, este mismo problema también la tuvieron la novela y el teatro, y una vez consagrado el celuloide, lo tuvo la televisión, lo tiene internet y los videojuegos… lo nuevo requiere de nuevas normas, de la búsqueda de nuevas preguntas, de nuevos objetivos, de nuevos métodos y de saber leer nuevas fuentes.
El cine, y su vocera, la televisión, son los mejores educadores sociales, poderosísimos agentes de socialización en nuestras culturas mediáticas y mediatizadas, por lo que obviarlo sería dejar de al lado la sociedad en la que estamos sumidos.