Este libro es un proceso de impresión y creación de las historietas de El buen Tono, narraciones basadas en dibujos y textos con las que los lectores Mexicanos acostumbraron llamar con ese apelativo a todas las publicaciones de su clase.

En este libro se planteo que las historietas de El buen Tono son una manifestación de la litografía industrial, la cual posee una estética propia y por tanto expresividad, significados, técnicas y usos que la distancian de su antecesora. La litografía industrial floreció en la fabricación de empaques, papel membretado, etiquetas y publicidad a fines del siglo XIX.

La estética de El buen Tono también deriva de impresos cuyos elementos narrativos integran el lenguaje escrito y el icono, los cuales circulaban a finales del sigo XIX, tales como la grafica popular mexicana, la caricatura política mexicana del siglo XIX, la publicidad de la prensa, los grabados de José Guadalupe Posada, las aleluyas y las estampas de Epinal.