También encontramos escondidas en la historia de la filosofía a Hipatía de Alejandría matemática y astrónoma, Aspasia de Mileto gran retórica esposa de Pericles, Themistocléa de Delfos considerada la primera filósofa que vivió en el año 600 a.C., Théano de Crotona esposa de Pitágoras quien fuera la primera matemática. A Diótima de Mantinea maestra de Sócrates quien consideraba que el amor es solo ansia de inmortalidad y hasta la misma Jantipa su esposa quien se enfurecía porque Sócrates se la pasaba dialogando con amigos y no cumplía con sus deberes. Hyparkuía de Morona esposa del cínico Crates que renunció a sus riquezas por seguir sus convicciones filosóficas. Esas historias que se descubren solo rascando el pasado, desempolvando libros, leyendo. Sin embargo, hoy es diferente. Veamos el presente, actualicemos la vida de grandes filósofas mexicanas, vivas. Fanny nos invita, nos envuelve, nos transporta a dar un paseo en el aquí y en al ahora. Doy voz a sus palabras: “Este libro forma parte de ese esfuerzo por consolidar un registro histórico de filósofas mexicanas que no se encuentra normalizado ni en el plan de estudios de las universidades ni en las historias de la filosofía que celosamente guardan la integridad de nuestra realidad patriarcal, pues que yo sepa en nuestro país no existe aún curso académico, seminario específico o libro dedicado a estudiar la producción filosófica de las mujeres en México.” Aunque parezca insólito, para conocer sus obras debemos acogernos a fuentes “no tradicionales”, precisamente como estos retratos que presento aquí. No se trata de un estudio a la manera clásica, sino de una aproximación no ortodoxa al tema, que busca aportar elementos para la construcción de esa memoria histórica.
Las filósofas tienen la palabra
Fanny del Río
Alina Eugenia Peniche Ortíz
Porque después de todo he comprendido
Que lo que el árbol tiene de florido
Vive de lo que tiene sepultado.
Leer filosofía, implica un reto y con esto me refiero al sentido de leer a un filósofo o a una filósofa para encontrar en sus palabras, esa coherencia reveladora del pensamiento, que resuenen los sentidos, para amarlo o amarla hasta perderse y reencontrar en las chispas de su acto reflexivo, una luz, un reencuentro personal, una ola que sesgue en el interior para llevarte a filosofar. Es retar a la Diosa Ananké que marca desde la Gracia Antigua un destino antes de nacer, pero el contraste es la rebeldía, ser diferente y pensar en la capacidad de descubrir rumbos insospechados y asumir que con la intuición se plasmen relatos vívidos de mujeres mexicanas con un lenguaje sencillo, sin complicaciones, que dejan al descubierto el ansia de un logos femenino mexicano inquietante, listo para compartir en forma de un libro. Descubrir en el texto de Fanny a una mujer que revela a otras y me hace pensar en una cómplice de vida, solidaria, como una mujer que quiere mostrar el camino de otras, en una ocupación que creemos fue inaugurada por las voces masculinas, si bien con Heráclito y sus aforismos con que nada es permanente, en Sócrates con la invitación de conocerse a uno mismo, en Platón con el mundo de las ideas y el ideal de la ciudadanía ateniense, en un Aristóteles lleno de realismo por causas.