Dirección de Fomento a la Lectura

 

Utilizando diversas técnicas de la de narraccìon periodistica, y literaria, Restrepo dando estuctura a esa oralidad festiva y carnavelesca, indaga, presenta evidencias, da testimonios, historias de vida, entrevistas, dando voz de una manera polifónica, sobre todo a las mujeres dedicadas dentro del pueblo, a la prostitución, construyendo toda una representación muy íntima de lo femenino. Ella misma dentro de la obra la describirá como:

Sería absurdo llamarla investigación, o reportaje, o novela, a lo que fue una fascinación de mi parte por unos seres y sus circunstancias. Digamos que está labor nace de una cadena de mínimos secretos revelados….

En esa polifonia de voces, la voz y presencia principal la tendrá como protagonista a una (mujer-decidida desde niña a ser prostituta del pueblo de La Catunga): la bella, indescifrable y bautizada Sayonara, mujer que a travès de sus múltiples experiencias va simbolizando a todas las mujeres que existen por estas tierras y que van sorteando todas las dificultades a la que se enfrentan en un sistema machista, represor, racista, religioso.

(Sayonara) En el espléndido egoísmo de su belleza, sí que llego a ser el propio ombligo de aquel universo-mundo, el objeto privilegiado de todo amor


Es la que se resiste, la que huye de la tragedia de vivir en una familia tradicional marcada por las costumbres y los absurdos, la que es directa con lo que quiere y con lo que no quiere; pero también la que seduce a los hombres de toda índole, la que se enamora de lo más humano, la que confronta tanto hombres y mujeres, es la ingenua que no cree en santos o en dioses, la que juzga, la que sueña con otros mundos posibles pero a la vez ajenos, la que imagina en ciertos momentos ser una mujer típica, la que parece ser el estandarte de rebeldía y que en su momento es también capaz de resignarse, ceder, madurar.

Sayonara es la mujer de rasgos indígenas, con falta de educación quien desde pequeña tiene que abandonar su hogar, y ganarse la vida de alguna forma. Sus rasgos menudos, de pelo indomable y poco convencionales. su desparpajo ante la vida es quien puede vivir holgadamente de este oficio, Es la femme fatal de la novela, cargada de una fuerza erótica, que invade todos los escenario de la novela y sirve de eje para contarnos otras muchas historias de prostitutas y la condiciones por las que decidieron dedicarse al oficio, desde la condena de los padres, la soledad, la fealdad, la pobreza o simplemente por puro gusto, mujeres de diferente estirpe, físico, procedencia, cultura, todas tienes algo que contar y todas tienen el deseo de ser reconocidas, para que no se las trague el olvido

obreros Sacramento y el Payanés, compañeros de trabajo y vinculados por el amor a Sayonara y por la compañía petrolera, representan una suerte de loco amor, de lealtad, de devoción, y al mismo tiempo la indecisión, el engaño, la doble moral, o el acaudalado pintor de buena familia Ladrón de Guevara, que renuncia a su condición económica a cambio de pintar, amar y ser amado por prostitutas y esconder su condición de enano, otro hombre es el ingeniero norteamericano Frank Brasco, cliente recurrente de los prostíbulos, quien será el único norteamericano simpatizante de las habitantes del pueblo, que rompe el muro del racismo y la separación de clases

En fin, una novela que se nos parece demasiado corta para tener tantas hojas, lectura amera y elocuente

Biografía del autor

Laura Restrepo Casablanca nació en Bogotá, Colombia, en 1950. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de los Andes y posteriormente hizo un postgrado en Ciencias Políticas.

Ha compaginado la militancia política con sus actividades como escritora y periodista. En 1983 fue nombrada miembro de la comisión negociadora de la paz entre el gobierno y el grupo guerrillero M-19.

Publicó en 1986 Historia de un entusiasmo, fruto de sus experiencias con el M-19, por lo que tuvo que exiliarse en México y Madrid hasta que el M-19 abandonó las armas y pasó a ser un partido de oposición.

En 1997 ganó el Premio Sor Juana Inés de la Cruz por su novela Dulce compañía. En 1998 se hizo acreedora del Prix France Culture que otorga la crítica francesa a la mejor novela extranjera publicada en Francia.