Que tu corazón se detiene.
Y es que parece que de repente todo se queda en silencio, solo para que nadie se pierda el preciado momento en el que se escucha tu corazón tronar.
Este libro carga consigo, el aceptar que las personas se van. Que a veces se van por voluntad propia y que a veces solo se van sin tiempo a despedirse. Desaparecen, se esfuman del mundo para siempre. Su último aliento se vuelve uno con la eternidad. Y duele, sí, siempre duele, sea cual sea el motivo, las personas nunca estamos preparadas para dejar ir a alguien. No estamos preparadas para dejar de ver su sonrisa, de tocar sus manos, de simplemente olvidar su olor porque ya no esta más en nuestra almohada. Los días se vuelven pesados y por mucho que lo intentemos, siempre parece ser día cero.
Es una novela que junta dos historias, que te explican qué es el amor en distintas épocas, que narra cómo se va dando todo, de cómo el enamorarse también te raspa el alma, también te desgarra la garganta y te abre el pecho, pero en sensaciones tan agradables que nos volvemos adictos a ello, y cuando de repente todo se vuelve más cotidiano, cuando todo pierde la magia, esa misma ansiedad que sentimos al principio, esa alma raspada, esa garganta destrozada, ese pecho al descubierto empiezan a arder al contacto con la sal. Porque así es la vida, cuando las cosas hacen “crack” nunca vuelven a sonar igual.
Días sin ti
Elvira Sastre
Por Iremar Trejo Villegas
Estudiante de la Licenciatura en Comunicación
Ésta es mi última reseña del año y este ha sido el libro que más desee leer, tal vez por eso está al final; por la importancia, por el amor, por todo el dolor que trae consigo. Habla de las despedidas, de saber decir adiós conscientemente, de soltar todo eso que siempre nos ha dado miedo hacer a un lado.
Días sin ti se basa en los pequeños fragmentos que separaban los poemas de Elvira Sastre en su primer libro Baluarte, donde va desglosándonos poco a poco ese proceso de sufrimiento que deja consigo una ruptura amorosa, desde el primer día en el que la persona se va, el levantarse por la mañana, el sentir los párpados pesados, las ojeras, lo poco creíble que es ver a tu lado y darte cuenta que estas completamente solo. Sentir que el reloj no avanza, que el mundo no gira, que la vida se para.