El libro con el cual Autor celebró sus 50 años de narrador en el año 2017, trata sobre las aventuras de un detective privado, Mario Savedra, a quien le es asignado el trabajo de localizar por el mundo una película mexicana de la cual existe solo una copia y que dado su contenido, ha sido prácticamente imposible verla en México.

Savedra originario de Meztitlan Hidalgo, (como el mismo autor), pero asentado en Pachuca, casi en bancarrota se sostiene a duras penas de su oficio, esté anti héroe irónico, con un bagaje cultural cinematográfico que se restringe a Tin Tan, Clavillazo, La Criada Malcriada, Pedro Infante, Silvia Pinal, decide aceptar la propuesta del magnate cinéfilo, el Gordo Mills, dueño del grupo Carsons, dándole un presupuesto casi ilimitado, lo que permitirá darse una vida llena de de lujos y extravagancias, así comienza la odisea de rastrear el filme, por donde supuestamente podría ser comprada y exhibida.

Francia, Alemania, Japón, Argentina, Brasil y la convulsionada Venezuela serán los países por los que deambulara con desparpajo el detective para entrevistarse con cinco connotados periodistas que son de los pocos que han visto la película y pueden darle pistas de donde encontrarla.

El tema central entonces será el cine y en cierto modo la cultura de masas por lo que todo el relato gira en torno a referencias a grandes personajes de la cinematografía mundial, Estableciendo una suerte de homenaje a estos actores.

Caminado por terrenos de la metaficción y la intertextualidad, el autor decide abordarlo partiendo de sí mismo, de sus preocupaciones, sus deseos, sus gustos por el séptimo arte y por lo que entra en ese mundo como una ficción más a través de su realidad, de su propia obra quedando implicado de muchas maneras en la narración, así tenemos que la película se llama Sabor a PRI, crónica satírica de la cultura de la corrupción del mismo G. Martrè, la cual en espera de que algún editor decida imprimirla, ha sido ficticiamente pasada al celuloide por el cineasta Alfredo Quaronte, que nos recuerda a alguien muy nombrado en estos tiempos.

Retomado a los periodistas y a las identidades falsas que asume el detective para supuestamente pasar desapercibido, antes sus interlocutores, tenemos que en Japón se encontrará con el periodista Toshiro Mifune, quien en la realidad fue uno de los actores consentidos de Akira Kurosawa, y a quien el director Ismael Rodríguez convence para participar en el filme “ Ánimas Trujano”, y en ese sentido alude a Rashōmon, nombre de la gran videoteca que el Magnate El Gordo Mills desea tener, película considerada una de las obras maestras de Kurosawa, protagonizada por el mismísimo Toshirō Mifune.

En Argentina Savedra será Carlos Lacroix, galán detective de una serie radiofónica, interpretado por Arturo de Córdova, quien luchaba contra el crimen; ahí entrará en contacto con Tita, quien en la vida real fue Nini Marsall, gran actriz guionista y humorista del cine argentino; en Francia se llamará Lemmy Caution nombre de un famoso detective de películas francesas, y entrevistará a Martine Carol, quien fue una de las actrices más taquillera del cine francés en la década de 1940; en Brasil conocerá a Antonio Das Mortes, película del director Glauber Rocha; en Alemania establece contacto con Lili Marlen, quien le ayuda a ver a Erich Von Stroheim, uno de los actores y directores más famosos del cine austriaco.

Ya en el último capítulo más que un diálogo resulta un monologo que el autor, por medio de unas atractivas mujeres con las cuales Savedra se contactará, establece en torno a las ideas que tiene sobre revolución bolivariana de Venezuela.

Lectura amena, toda una odisea para quien gusta del cine, de la ironía y de la novela de detectives.