Dirección de Fomento a la Lectura

 

Una generación nacida a finales de la década de 1980, la cual, como muchas, estaba acostumbrada a mediar entre directivos y jugadores, y ello en la medida de lo posible, logró solucionar sus problemas. Tres palabras: trabajo, precisión y ética; las cuales al colisionar en la práctica forman una explosión de cero limitaciones mentales tanto en el entrenamiento como en la cancha. ¿Prueba de ello? Vaya que la hay.

Los ingredientes de la aventura son los arrebatadores momentos que experimenta la oposición en su máxima expresión, Ava recibe del mismo hombre toda la plenitud y felicidad, pero también posesión y autoridad al ser tratada. El señor Ward no revela su edad, es indomable y controlador, pero dulce y provocador, con esa mirada que sigue siendo un enigma.

Si Jorge Sampaoli propagó las ideas del sensei de este equipo y Juan Antonio Pizzi le agregó cierto grado de dificultad a la fórmula del maestro con un aumento de variables, el resultado terminaría coincidiendo para ambos procedimientos: elementos separados tienen menos valor que aquellos que trabajan en conjunto, no por nada todos ellos entregaron un bloque formado de aquellos jugadores sin cabida en sus equipos, salvo el logro obtenido en la selección. ¿Cuál era esa selección? La Roja chilena.

Un cambio de orden de juego, así como el desarrollo de cada jugador y las múltiples influencias, las cuales fueron decisivas en permear un planteamiento de la Roja, fueron determinantes para que la selección chilena, su nombramiento y el respeto del mundo entero los conociera desde ya como la “generación dorada”.

¿Si alguien pregunta quién hizo llegar hasta allí a la Roja? El veredicto dicta que Marcelo Bielsa es el culpable. Con argumentos de entrada, pruebas y jurado, el avance de la sentencia es irrefutable. ¿El juez? El deporte más hermoso del mundo.

¿El premio por llegar al 11 ideal? Es solo eso: ideal, un calificativo tal vez jamás realizable y poco visible en el futuro. Quienes vieron a los jugadores portar la camiseta de la Roja de la manera en como lo hicieron y cual resurrección del ave fénix, sabrá de lo que aquí se habla. De otro modo, he aquí una forma de darle solución al pecado del desconocimiento de tan importante papel de dicha selección ante quienes se han alzado el cuello como los mejores. Aquellos fieles creyentes en los números con preguntas como cuántas veces han ganado contra tal equipo, cuántas veces tal jugador ha fallado frente a tal selección, cuántos juegos se han disputado y en dónde como visitantes; se les olvida una cosa: estas no son estadísticas, esto es futbol.

Sobre el autor

Esteban Abarzúa

Nacido en 1971 y periodista titulado por la Universidad de Chile. Su inquietud y amor por el deporte lo sitúan como subeditor en el diario Las Últimas Noticias en la columna “Pelota muerta”, desde 1996.

Entre sus libros publicados destacan: Secretos de camarín en 2002, Chilenos de oro en 2005, Me pongo de pie en 2009, Las pelotas en 2012, Soy del Colo en 2013 y Nuevos secretos de camarín en 2015.

Si bien sus obras no le han bastado, ha recibido diferentes galardones: fue finalista del Premio Periodismo de Excelencia tanto en 2006 como en 2008, mención entrevista/perfil otorgada por la Universidad Alberto Hurtado; ganador del Premio Periodismo de Excelencia en 2012, mención crónica otorgada por la misma institución y el Premio Raúl Prado Cavala al mejor periodista deportivo 2014.